Comercios se “blindan” con verja de hierro para evadir la delincuencia

Santo Domingo.-Con el paso de los años el aumento de los actos delictivos ha llevado a algunos propietarios de colmados, bancas de lotería, farmacias y otros comercios a colocar verjas en sus establecimientos como medida de prevención y seguridad.

Aunque estas pueden observarse con mayor frecuencia en los lugares donde impera más inseguridad, hay otros que por precaución han colocado hierros en sus puertas, para cuando cae la noche poder despachar los productos a sus clientes por una ventanilla.

Tal es el caso, de Cristian, del colmado David en Villa Consuelo, quien en tono molesto criticó los niveles de inseguridad que se vive en la zona.

“¿Seguro, a dónde? Aquí no se puede salir. Hay que trancarse temprano y a las 9 ya es tarde; yo vendo por esa verja a esa hora”, manifestó Cristian al conversar con reporteros de EL DÍA que realizaron un recorrido por estos negocios en Villa Juana, Cristo Rey, Villa María y otras localidades de la Capital.

Cambio visual
Y es que el uso de verjas se va convirtiendo en una estrategia común para enfrentar la delincuencia, sin embargo, también representa un cambio en el aspecto visual de estos establecimientos, ya que normalmente, estos son espacios abiertos y acogedores para los comunitarios.

Cabe resaltar que el país cuenta con alrededor de 70 mil colmados y de estos el Gran Santo Domingo tiene 25 mil, mientras que Santiago unos 12 mil.

En ocasiones, a través de las redes sociales, se comparten videos de momentos en que estos establecimientos son asaltados, pero no sólo ocurre esto al comerciante sino que también atracan a quienes se encuentran comprando, cargando con dinero y otras pertenencias.

En tanto que Miguel Romero, otro colmadero con más de 40 años dedicados a esta labor, dijo que en la noche cuando hay poca gente en las calles de Villa Consuelo vende por la verja, pero aclaró que en esos años no ha sido víctima de la delincuencia.

Tony Núñez ha pasado la mitad de los años de Romero, es decir, 20 años, atendiendo el colmado de un familiar en el sector Villa María, donde explicó que a partir de las 5:00 de la tarde cuando empieza a bajar el flujo de personas y de vehículos, es que debe tener más cuidado, pero el negocio lleva ya más de 15 años con hierros puestos en el mostrador.

“Uno tiene que cuidarse porque nadie cuida a nadie. Tenemos estas verjas por prevención y nunca hemos tenido esa amarga situación”, precisó.

En Villa Juana la farmacia atendida por Ester Lluberes permanece cerrada y por una ventanilla se acercan sus clientes a buscar el medicamento que requieren. Indicó que trabajan hasta las 7:00 de la noche por su seguridad y la de sus usuarios.

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