Pedro Botello, un diputado con gran trayectoria en el deporte

Pedro Botello, el diputado que con vehemencia ha tomado la bandera de lucha para que los trabajadores consigan del 30 por ciento de los fondos de pensiones, es un genuino hijo del deporte que jugó baloncesto a nivel superior con el Club Virgilio Castillo (Chola), en su natal ciudad de La Romana.

Su vinculación con esa emblemática entidad prácticamente incluye todas las áreas, pues además de sudar todas las categorías, fue aguatero del equipo superior y directivo hasta alcanzar la categoría de presidente en 1998.

A sus 47 años y 6´3 de estatura, Botello se resiste a ponerle fin a la extensa e idílica relación que ha tenido con el baloncesto. Nada de “ex”.

“Yo todavía no me he retirado formalmente. Me invitan para que forme parte de ligas añejas y no voy porque no soy añejo”, expresa consciente de que si une a jugadores que a estas alturas en la mayoría de los casos tienen barrigas cerveceras, estaría confirmando un retiro no anunciado.

“El Pedro Botello que ustedes ven en el Congreso es el mismo Pedro Botello que conocí en el Chola”, recuerda el ex-armador José –Maíta– Mercedes sobre uno de los compañeros que tuvo cuando militó en calidad de refuerzo en el Torneo Superior de La Romana en 1994.

Juan Matos, su entonces entrenador allí, lo define como un pequeño delantero muy fogoso, intenso, con mejor vocación para la captura de rebotes.

Botello, a quien la vida le dio la oportunidad de servirla agua en el Chola a los gigantes Tito Williams y José –E–Grillo—Vargas cuando éstos eran novatos, integró años después a la selección juvenil de La Romana que participó en los Juegos Nacionales “Mao 97”, experiencia que también atesora

“No sólo practiqué baloncesto, también fui boxeador, karateca, judoca, sensei de judo, y futbolista”, resalta el representante de La Romana por el Partido Reformista Social Cristiano en la denominada Cámara Baja.

No es casual que desde que llegó allí en el año 2010 dirige la Comisión de Deportes, desde donde también lucha para que se apruebe y promulgue el Proyecto de Ley General del Deporte.

Es mucho lo que le agradece a las actividades del músculo y la mente y por eso se siente en deuda. Por esa vía obtuvo una beca para estudiar Educación en la Universidad Central del Este (UCE), asignatura que luego impartió durante 16 años en el Liceo Mella.

No conforme con ello, se graduó de abogado en esa academia el 18 de febrero del año 2000, donde también ejerció como catedrático de Licenciatura en Leyes.

El propietario y rector de la Universidad Central del Este, José Hazim Frapier, le entregó un programa de becas que dirigió por diez años que utilizó para favorecer a softbolistas y otros deportistas romanenses que hoy son profesionales en distintas ramas del campo del saber.

El licenciado Amós Anglada, cronista deportivo y presidente de la Asociación de Voleibol de La Romana, declara que Botello es una muestra de lo que el deporte puede hacer, como puede transformar la vida de un muchacho que nació en el sector La Aviación, con todas las precariedades, y llevarlo a los niveles más altos.

“Nosotros, como romanenses, nos sentimos muy bien representados, independientemente de las banderías que a veces no permiten que la gente aquilate en su justa dimensión el trabajo de alguien porque no es del color de mi partido, que de hecho Botello no lo es, pero yo sería mezquino si no reconozco al ciudadano que ha hecho el deporte”, subraya.

“Pero, además, como diputado no tenemos quejas, pues contamos con un legislador que está pendiente de todo, que es una voz que realmente nos representa”, enfatiza Anglada.

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