Errores más comunes de los hombres en la cama

La sexualidad está influida por mitos, modelos culturales y errores o falta de información que hacen que una de las actividades más placenteras se vea perturbada. En el caso del hombre, en general pretende ser confiado cuando no se tiene confianza; saber cuándo ignora; o estar cómodo, interesado y disfrutando cuando no lo está.

Sobre estas situaciones, se generan malentendidos y supuestos. Acá, presentamos 10 de los más frecuentes.

Pensar que a todas las mujeres les gusta lo mismo

Lo que le gusta a una persona, a otra puede resultarle indiferente o molesto. Por eso, es importante decirles a nuestros compañeros qué caricias necesitamos. Los hombres no necesariamente conocen sobre la sexualidad femenina. Por más relaciones que hayan tenido antes, no tienen por qué adivinar de qué forma reaccionará nuestro cuerpo. Cada uno tiene sus propias particularidades y deben ser respetadas.

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Entender que las caricias deben ser únicamente en la cama

Si bien todos los varones han escuchado sobre la importancia de las caricias previas, algunos ignoran que éstas empiezan mucho antes de entrar a la habitación. Para sentirse sexualmente dispuesta, una mujer necesita sentirse cortejada y seducida, necesita que su pareja le demuestre cariño, y no la bese y abrace únicamente cuando busca un encuentro sexual.

Los errores
Ir demasiado rápido a la penetración

Muchas mujeres manifiestan que para lograr un buen encuentro sexual necesitan besos y caricias en distintas partes del cuerpo (brazos, piernas, abdomen, glúteos, senos, etcétera), para recién llegar a los genitales. Todo el cuerpo es una gran zona erógena: hay que explorarlo, conocerlo y descubrir diversos puntos eróticos antes de llegar a los genitales. Además, los aspectos psicológicos y emocionales, muy importantes para las mujeres, por lo que no deben estar desestimados.

Tener la mente en el orgasmo

Para muchos hombres, es imposible concebir una relación sexual en la que no aparezca “obligatoriamente” la eyaculación y el orgasmo. A veces, y sobre todo después de la edad media de la vida, aparecen con cierta frecuencia dificultados no orgánicas con la erección o la eyaculación. Y estos hombres en lugar de vivir con placer lo logrado, viven con angustia lo no logrado.

A causa de este mito, es difícil concebir que el sexo puede ser algo relajado, con interrupciones, descanso, charla o risas. En fin, algo sumamente agradable y menos ansiógeno. No hay dudas de que el orgasmo es muy placentero, pero deja de serlo para el hombre y la mujer cuando alcanzarlo los hace “trabajar mucho”. En muchas ocasiones, una relación sexual puede ser agradable para ambos, aunque alguno no haya llegado al orgasmo.

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