¿Cómo puede la hipertensión arterial perjudicar la función de tus riñones?
La hipertensión y el riñón están estrechamente relacionados, ya que la hipertensión es tanto un factor de riesgo para la enfermedad renal como una consecuencia de esta.
República Dominicana, septiembre de 2024 —La hipertensión, o presión arterial alta, es un problema común que afecta las arterias del cuerpo y obliga al corazón a trabajar más para bombear la sangre.
Los riñones, órganos vitales encargados de filtrar desechos y toxinas de la sangre, regular líquidos y minerales, y producir hormonas que controlan la presión arterial, pueden verse gravemente afectados por esta afección.
En general, la hipertensión es una lectura de presión arterial de 130/80 o más.
El doctor Iván Porter II, nefrólogo de Mayo Clinic en Jacksonville, Florida, afirma que la presión arterial alta puede conducir a una enfermedad cardíaca, a un accidente cerebrovascular y otros problemas de salud graves, incluyendo la enfermedad renal crónica.
¿Cuáles son las causas de la presión arterial alta?
Las causas exactas de la presión arterial alta se desconocen en la mayoría de los casos. Sin embargo, sus probabilidades de desarrollar presión arterial alta pueden aumentar si:
Tiene antecedentes familiares de presión arterial alta.
El paciente tiene enfermedad renal crónica.
Sobrepeso.
Existe consumo excesivo de sal de mesa, alimentos envasados y comidas rápidas.
Hay abuso de píldoras anticonceptivas.
Padece de diabetes.
Consume grandes cantidades de alcohol (cerveza, vino o licor).
Hasta los 45 años de edad, los hombres tienen más probabilidades que las mujeres de tener presión arterial alta. Entre los 45 y 54 años, el riesgo es similar. Después de los 54, más mujeres que hombres tienen presión arterial alta.
¿Cómo la hipertensión daña los riñones?
Cuando piensa en la presión arterial alta, probablemente ya sepa que puede causar enfermedades cardiovasculares. Pero eso no es todo.
«También puede conducir a una enfermedad renal crónica», afirma Porter.
La hipertensión puede destruir los vasos sanguíneos en todo el cuerpo, incluyendo los que suministran sangre a los riñones.
Si estos vasos se dañan, no pueden suministrar de manera eficiente la sangre y los nutrientes necesarios para que los riñones funcionen correctamente.
Esto puede llevar a una disminución en la capacidad de los riñones para filtrar la sangre y eliminar los desechos.
La hipertensión puede crear un ciclo de daño en los riñones. La presión arterial alta puede dañar los vasos sanguíneos en los riñones, lo que puede llevar a un funcionamiento deficiente de los riñones.
Cuando los riñones no funcionan adecuadamente, pueden no ser capaces de regular la presión arterial de manera efectiva, lo que puede llevar a una mayor presión arterial.
«A medida que la enfermedad renal crónica evoluciona, muchas personas desarrollan hipertensión; ambas condiciones parecen ir de la mano. Por otro lado, las personas con hipertensión también desarrollan enfermedad renal crónica. El control de la presión arterial alta es una de las cosas más importantes que debemos hacer cuando alguien tiene una enfermedad renal crónica», explica Porter.
Cambios en el estilo de vida
La hipertensión es un factor de riesgo significativo para el desarrollo de la enfermedad renal.
Al comprender cómo la presión arterial alta puede afectar la salud de sus riñones, puede tomar medidas para controlar su presión arterial y mantener sus riñones saludables.
Si tiene hipertensión, es crucial que esté en constante comunicación con su equipo de atención médica para manejar su presión arterial y minimizar el riesgo de enfermedad renal.
«La presión arterial alta responde a muchas de las elecciones que hacemos en nuestro estilo de vida: hacer ejercicio regularmente, evitar los alimentos procesados, reducir la ingesta de sodio, incluir más frutas y verduras en nuestra dieta diaria. A veces, estos cambios en el estilo de vida no son suficientes. Y en estos casos, los pacientes necesitan medicamentos para ayudar a controlar la presión arterial alta. Pero sepa que podemos tener un gran impacto con las decisiones que tomamos en nuestro estilo de vida para controlar la presión arterial alta», dice Porter.