Papa pide diálogo serio sobre no proliferación de armas atómicas

ROMA, 25 Oct. (EUROPA PRESS) – El Papa ha lamentado la «amenaza» que hoy constituye el uso de armas atómicas y ha instado a la comunidad internacional a abrir «un diálogo serio» sobre la no proliferación y sobre su desmantelamiento.

«Somos testigos de lo que se temía y nunca se quiso escuchar: que el uso de armas atómicas, que culpablemente desde Hiroshima y Nagasaki se han seguido produciendo y experimentando, ahora constituye abiertamente una amenaza», ha asegurado el Pontífice en el encuentro internacional de ‘Oración por la Paz’ organizado por la comunidad de San Egidio, siguiendo el espíritu de Asís, desde un palco del Coliseo de Roma en presencia de distintos líderes religiosos.

«OSCURO ESCENARIO»

Francisco lamentó «este oscuro escenario» y ha instado a escuchar la voz «de los sin voz». «Aquí se funda la esperanza de los pequeños y de los pobres: en Dios, cuyo nombre es Paz. La paz es su regalo y es invocada por Él», ha asegurado.

Instó a los creyentes a cultivar la paz. «No nos dejemos contagiar por la lógica perversa de la guerra; no caigamos en la trampa del odio al enemigo. Volvamos a situar la paz en el centro de nuestra visión del futuro, como objetivo central de nuestra acción personal, social y política, a todos los niveles», ha pedido. Por ello, ha llamado a «desactivar los conflictos con el arma del diálogo».

PARTICIPARON REPRESENTANTES DE ORAS RELIGIONES

El Papa presidió la oración de los cristianos junto con representantes de otras religiones. En el palco habilitado en el Coliseo, estaba sentado entre el patriarca de la Iglesia asiria de Irak, Mar Awa III Royel y el metropolitano mayor de Calcedonia, Emmanuel, número dos de la jerarquía del Patriarcado Ecuménico de Constantinopla por detrás del Patriarca Bartolomé.

Durante su alocución, Francisco ha lamentado que la paz haya sido «sofocada» en tantas regiones del mundo, «humillada por demasiada violencia» y «negada incluso a los niños y a los ancianos, que no se salvan ante la terrible dureza de la guerra».

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