Empleo, subsidio e inflación: tres grandes retos en la agenda del Gobierno

El viceministro de Planificación, Economía y Desarrollo, Pavel Isa Contreras, considera que hay tres variables que mantienen ocupada la agenda de trabajo del Gobierno: la generación de empleos de calidad, el control de la inflación y la necesidad de focalizar los subsidios hacia los sectores que realmente lo necesitan. En la prioridad, por supuesto también está, el apoyo a los sectores productivos para que demanden mano de obra de mayor calidad.

Destacó que en estos momentos la administración pública está en un proceso de fortalecimiento y mejora de la identificación de las personas pobres por su condición de vida y de ingresos.

Para Isa Contreras, el tema del empleo está en el primer lugar de la preocupación del gobierno, independientemente de la coyuntura en que se encuentra la economía a nivel global, donde emergen otros desafíos luego de los efectos de la pandemia.

Explicó que aunque el empleo total se ha recuperado, incluso superior a los niveles previos a la pandemia, en cuanto a la calidad del empleo todavía hay una proporción, por su composición, que es informal por encima de los parámetros que se venían manejando.

“Estamos viendo que el empleo informal se ha recuperado más rápido que el formal con relación a niveles previos a la pandemia. Y también el empleo entre mujeres y jóvenes. Cambiar esta situación es de alta prioridad”, explicó, al tiempo de recordar que aun antes de la pandemia era una preocupación real.

Afirma que el empleo es uno de los canales más importantes que transforma crecimiento en calidad de vida. Lo que se busca, apunta, es que la expansión económica se traduzca en mejores empleos porque eso es lo que se convierte en una mejoría de la forma en que vive la gente.

Por supuesto, apunta, todo esto debe estar acompañado de políticas de desarrollo productivo con el propósito de que los sectores productivos demanden fuerza de trabajo cada vez de mayor calidad y mejor remunerada. Esto, considera, debe apuntar a que el sector educativo provea los recursos humanos que demande el mercado y que la gente reciba mejores servicios públicos, tales como salud, infraestructura, seguridad pública y educación.

Isa Contreras también destaca que también se trata de ofrecer mejores servicios en un contexto de restricción fiscal, esto a propósito de la crisis económica generada por el cierre de las actividades productivas y la cantidad de recursos extras que fue necesario destinar para la población vulnerable.

Sobre si se debe o no organizar la economía informal, el viceministro de Planificación del Gobierno apunta que no sólo se trata de eso, sino que es un tema de precariedad de la actividad económica. “El sector formal no genera los suficientes empleos para proveer una fuente de ingresos relativamente estable y con toda la seguridad que ofrece un empleo formal, aunque no significa que el empleo formal sea, en sí mismo, de calidad. Sabemos que hay muchos empleos formales que cuando tú lo auscultas no tienen calidad”, explica.

La diferencia, según Isa Contreras, radica en que el empleo informal es que es más precario, inseguro, de menor nivel de ingreso y se traduce en menor bienestar. Destaca que lo que esto significa, como se dice popularmente, es que “la gente se la busca” y trata de mejorar sus ingresos de cualquier manera.

Para el economista, el desafío está en transformar esas actividades precarias en otras que sean más formales y robustas. De lo que se trata, destaca, es que esas personas que trabajan en la informalidad pueden ir creando más y mejores empresas a través del acceso a crédito para adquirir maquinaria.

Según Isa Contreras, el tema de la formalización es que apunta a una relación formal con el Estado y la informalidad es porque ese ente económico no está registrado. El funcionario fue entrevistado en el programa Agenda Económica, que produce Ezequiel Molina en en RNN, canal 27, los domingos de 10:00 a 11:00 de la mañana.

Ayuda a población vulnerable

En lo que respecta a los subsidios y la distribución por quintiles, entiende que es una preocupación válida y absolutamente legítima. En ese orden, indica que los estratos de mayores ingresos demandan mayor cantidad de combustibles, pero también habría que tomar en cuenta el gasto en transporte para la parte de la población que paga pasaje. “En este sentido, los subsidios a los combustibles suelen beneficiar a los sectores de más altos ingresos”, explicó.

Sin embargo, detalla que en el contexto actual el Gobierno aplica una mayor proporción del subsidio a combustibles como el gas licuado de petróleo (GLP) y gasoil, por lo que en este escenario cambió el impacto distributivo del subsidio. Expresa que, además, las autoridades deben explicar o comunicar que el grueso del subsidio se está concentrando en estos dos tipos de combustibles.

Isa Contreras también entiende necesario que se impulse aún más la estrategia del transporte masivo, a fin de que los medios individuales sean solo una opción y no la forma principal de transportarse. Lo preferible debería ser, sostiene, el transporte público seguro, cómodo y rápido. Admite, sin embargo, que esto ha de ser parte de un proceso estructural a largo plazo, lo cual se ha dado con gobiernos pasados con el Metro y que esta gestión ha continuado con la extensión que ejecuta hacia Los Alcarrizos, incluyendo el Teleférico, y con la implementación de los corredores.

Altos precios

En lo que compete a la inflación, Isa Contreras sostiene que la mayor ponderación es importada sin que esto signifique que no haya alguna fuente doméstica. “Sin duda, ha habido una recuperación violenta la economía nacional e internacional. Primero la pandemia causó un efecto tremendamente destructivo del aparato productivo y de la cadena de distribución. No nos imaginábamos esto y solo lo vemos ahora cuando la economía se recupera en una dimensión tan violenta”, explicó.

Admite, sin embargo, que el aparato doméstico tampoco tuvo la capacidad para responder adecuadamente, aunque el grueso está relacionado con la inflación importada. “Lo que se ha dicho que es las autoridades monetarias han vuelto a una política restrictiva para controlar las presiones inflacionarias”, refiere.

Afirma que la estrategia del Banco Central de subir la tasa de política monetaria tiene como objetivo principal combatir la inflación doméstica en seis meses, pues se suponía que las fuentes de la subida de precios en el resto del mundo iban a amainar. El funcionario, por otro lado, considera que hay sectores que funcionan de forma oligopólica y, por lo tanto, tienen capacidad de protegerse e influenciar, en algún nivel, en los precios al limitar la competencia.

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