Créditos de consumo crecen RD$381.3 millones a abril 2022
Los créditos de consumo son los que conceden las entidades de intermediación financiera (EIF) a sus clientes para la adquisición de bienes y servicios. Por lo general, son empleados para gastos propios o familiares como compra de un vehículo o bienes del hogar.
Según las estadísticas de la Superintendencia de Bancos (SB), la cartera de crédito del sistema financiero dominicano al 30 de abril de 2022 ascendió a RD$1 billón 450,000 millones, para un aumento interanual de RD$176,256 millones. En los últimos 12 meses, el crecimiento nominal de la cartera al crédito comercial fue de RD$88,627 millones (12.2%), mientras que el crédito hipotecario aumentó RD$35,169.9 millones (15.2%).
Lo alcanzado por la cartera de crédito comercial e hipotecario a abril de 2022 representa el 55.6% y el 15.2%, respectivamente, del total de créditos otorgados por todo el sistema financiero dominicano al 30 de abril de este año.
En tanto, al analizar el comportamiento de los créditos de consumo, en términos nominales, el crecimiento interanual fue de RD$52,465.92 millones, al pasar de RD$328.8 millones en abril de 2021 a RD$381.3 millones en igual período de 2021. Es decir, incrementó un 15.9% y representa el 26.1% del total de préstamos entregados.
Los préstamos otorgados para la compra de vehículos, solares, gastos educativos y personales ocupan el segundo lugar, después del crédito comercial, dentro de la cartera de crédito del sistema. De abril de 2021 a igual período del 2022, la cantidad de préstamos otorgada pasó de 3, 696,568 a 3, 992,630, esto es 296,062 más.
Para Cibeles Jiménez, especialista en gestión de riesgo financiero, el aumento de los créditos al consumo obedece a dos factores principales: los dos años de franca política monetaria expansiva, y por otro lado, a la coyuntura actual provocada por la crisis inflacionaria.
Detalla que la primera hizo tendente a facilitar crédito, por ende, que resultara atractivo para las personas endeudarse, de manera que se incremente la demanda agregada, la producción y la inversión empresarial. Mientas que la segunda situación, explica Jiménez, la coyuntura económica actual y la inflación interanual, que a marzo de 2022 se situó en 9.05%, es decir, 2.3 veces superior al 4.0% del rango meta de las autoridades. Esto provoca que las familias acudan a endeudarse para continuar financiando sus gastos y hacer frente a situaciones particulares.
Aunque no sea con la intención de reducir esta tendencia de manera específica, el Banco Central recientemente aumentó 100 puntos básicos a su tasa de política monetaria (TPM), de 5.50% a 6.50%, lo que implica un incremento del costo del dinero, que se agrega a la reducción de más de RD$80,000 millones de liquidez de los bancos, lo cual se traduce en menos demanda de préstamos.
Por destino
Al desglosar los RD$381,276.25 millones que se ha prestado al consumo, a abril de 2022, se observa que las líneas de crédito personales para gastos educativos representan el 0.02%; préstamos personales para gastos educativos el 0.008%; préstamos a través de líneas de crédito personales (créditos diferidos) 10.7%; tarjetas de crédito personal clásica 4.5%; préstamos personales para gastos 50.3%.
En tanto, las tarjetas de crédito personal platino (o superior) 6.4%; las tarjetas de crédito personal oro 4.3%; préstamos personales con descuentos por nómina 7.1%; para vehículos nuevos 8.2%; vehículos usados 5.6%; con garantía de certificados financieros, 1.7%; para solares. 0.7%; y tarjetas de crédito personal flotilla 0.03%.
Riesgos
La especialista sostiene que los bancos, que son intermediarios financieros que captan los recursos del público y colocan el dinero en préstamos o inversiones, incurren en el riesgo financiero. Es decir, que las eventuales pérdidas financieras que son derivadas del propio negocio bancario.
“Cuando un banco otorga un préstamo de consumo en situaciones extraordinarias existe de probabilidad de que no pueda ser recuperado por cambios en la capacidad de pago de ese deudor, al afectarse por la inflación, guerras en un mundo globalizado e interconectado, desastres naturales, crisis sanitarias y coyunturas económicas y sociales”, recalca Jiménez.
No obstante, destaca que las carteras de crédito al consumo son una de las más rentables. “Y el hecho de sean créditos de montos medios, colocados a corto y mediano plazo y a un número mayor de deudores, beneficia a las entidades porque ayuda a diversificar el riesgo”.