La presión ejercida en su contra por otros imputados por haber admitido su culpabilidad en el caso Calamar y afirmar que el exministro de Hacienda, Donald Guerrero, conocía de todo el entramado de corrupción, habría provocado el pre-infarto que sufrió el exdirector de Casinos Oscar Arturo Chalas, en medio de la audiencia del jueves.
Eso motivó que ayer, a solicitud del Ministerio Público, el expediente de Chalas fuera desglosado del de los demás encartados, para no retrasar el proceso. “Yo acepto que esos hechos pasaron y no me siento orgulloso; pido disculpas a la sociedad por los mismos. A mi edad es el único error de esa índole que he cometido, pero eso no me define y tenga por seguro, Su Señoría, que lo que me quede de vida nunca volveré a cometer un error de esa naturaleza…», fueron las palabras de Chalas a la jueza, antes de sufrir el colapso por el que fue ingresado en un centro de salud.
Las afirmaciones que hizo ante la jueza del Cuarto Juzgado de la Instrucción, sobre la estructura de corrupción y soborno encabezada por Ramón Emilio Jiménez (Mimilo), en la Dirección de Casinos, con conocimiento de Donald Guerrero, fueron respondidas ayer por la defensa del exministro, que las calificó como “una especulación sin base”.
En rueda de prensa, el abogado Eduardo Núñez dijo que el testimonio ofrecido por Chalas el jueves, “varía de forma sustancial” respecto de sus declaraciones del año 2023, y “confirma que el exministro de Hacienda actuó para desmontar la estructura irregular” que operaba en la Dirección de Casinos, cuando él le presentó una propuesta y la acogió.
Indicó que la rectificación de Chalas evidencia la falta de sustento de las imputaciones formuladas por el Ministerio Público, ya que no existe prueba alguna que vincule al exministro con manejos ilícitos.
“En su testimonio más reciente, Chalas se desdijo totalmente, no mencionó a Guerrero (Donald) como autor ni lo incluyó entre los beneficiarios, lo que había era una especulación sin base”, subrayó la defensa.
Sostuvo que el exministro de Hacienda actuó con transparencia y determinación para ordenar el sistema y que los verdaderos responsables fueron identificados por los propios testigos del Ministerio Público.
“Cada audiencia de este proceso confirma lo mismo: no hubo dolo ni beneficio personal, hubo un ministro decidido a sanear, no a encubrir”, puntualizó Núñez, abogado de la defensa de Donald Guerrero.
