Toneladas de residuos sólidos, principalmente plásticos, lilas, colchones, troncos y otros desperdicios inundaban ayer el frente marino del Malecón de Santo Domingo, luego que fueran arrastrados al mar por el río Ozama.
El Ozama, además de recibir directamente residuos sólidos de cientos de familias que habitan en sus márgenes, también recibe los que llegan desde el río Isabela y decenas de cañadas que normalmente están atestadas de basura.
Los desperdicios que no llegan al vertedero de Duquesa, depósito que recibe más de 5 mil toneladas de residuos cada día, tienen como destino final el Litoral de Santo Domingo, mostrando la otra cara de la ciudad primera de América.
Desde la playa Tortuga, siguiendo por la de Güibia, el Fuerte San Gil y hasta la de Montesinos, detrás del monumento a su memoria, se observa una gran mancha verde de lila y blanca de plásticos, tanto dentro del mar como en arrecifes y arena.
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Los ríos Ozama e Isabela son las principales fuentes transmisoras de residuos hacia al mar, que a su vez los reciben de más de 150 cañadas que rodean el Distrito Nacional, Santo Domingo Norte y Este, espacios que están rodeados de miles de viviendas sin otras alternativas para desprenderse de los desechos, ante la deficiencia de las alcaldías para ofrecer un buen servicio de recolección y de educación ciudadana.
Con las recientes lluvias las cañadas crecieron y arrastraron toneladas de residuos hacia el Isabela y Ozama, que se juntan en Los Tres Brazos y desembocan en el mar.
