Por Jacobo Colón
Pocas acciones ilustran mejor el costo de las vendettas personales que la demanda interpuesta por el alcalde de Santo Domingo Este, Dio Astacio, contra el comunicador Fernando Buitrago.
Esta querella, presentada bajo el pretexto de difamación e injuria, no genera vencedores ni vencidos entre los involucrados directos.
El verdadero perdedor es el municipio mismo, que ve cómo sus recursos y tiempo se dilapidan en rencillas egoístas en lugar de invertir en el bienestar colectivo.
Es hora de cuestionar si un líder elegido para servir al pueblo puede permitirse priorizar su orgullo sobre las necesidades de una ciudad que clama por transparencia y eficiencia.
Imaginemos por un momento las horas que el alcalde Astacio ha dedicado a esta cruzada personal en vez de enfocarse en resolver los problemas cotidianos de Santo Domingo Este, como el mantenimiento de calles, la gestión de residuos o la mejora de servicios públicos.
Dio Astacio ha preferido perseguir a un comunicador que, en esencia, solo ha hecho su trabajo; cuestionar lo que parece opaco y exigir respuestas claras.
Fernando Buitrago no ha inventado escándalos; simplemente ha denunciado irregularidades que surgen del hermetismo con el que se maneja el ayuntamiento.
Y en una democracia saludable, las preguntas no deberían ser castigadas, sino respondidas con hechos.
Tomemos, por ejemplo, el caso de los contenedores de basura, un tema que ha generado más dudas que soluciones.
Inicialmente el alcalde afirmó que estos eran donados, una declaración que sugería generosidad y eficiencia.
Luego, la versión cambió; algunos fueron comprados.
Finalmente, prevalece la idea de una mezcla entre compras y donaciones.
¿Fueron adquiridos a los mismos donadores? Esta interrogante no es caprichosa; es legítima y refleja una falta de claridad que el ayuntamiento no ha priorizado en resolver.
En lugar de disipar las dudas con documentos y explicaciones públicas, se opta por el silencio o, peor aún, por la intimidación legal.
¿Es esta la forma de gobernar una ciudad que merece rendición de cuentas?
Otro episodio revelador es el de la efigie de la biblia desaparecida de uno de los monumentos construidos durante la gestión anterior de Manuel Jiménez.
Buitrago denunció su ausencia, un acto que podría interpretarse como una alerta ciudadana.
La respuesta del ayuntamiento llegó días después, la escultura estaba en restauración. ¿Por qué tardar tanto en informar a los munícipes? Esta demora no solo alimenta sospechas innecesarias, sino que evidencia una intolerancia al escrutinio.
Un alcalde que se dice comprometido con su pueblo debería celebrar las denuncias constructivas, no reprimirlas con demandas que consumen tiempo y recursos públicos.
La Alcaldía dilapida millones de pesos mensuales en publicidad, ¿No pudo comunicarle al municipio las razones de la desaparición de la Biblia?
Y no es solo Dio Astacio quien está envuelto en esta espiral de derroche de tiempo que pagamos los munícipes, el secretario general del ayuntamiento, el Dr. Jesús Colón, lleva años acudiendo a la fiscalía en representación del alcalde para perseguir a Buitrago.
Días enteros perdidos en audiencias y trámites, financiados por los impuestos de los ciudadanos que esperan que sus funcionarios administren la ciudad en vez de litigar rencores.
¿Hasta cuándo seguiremos pagando por esta venganza personal de Dio Astacio?
Mientras tanto, los problemas reales de Santo Domingo Este, como la basura acumulada, el tráfico caótico o la inseguridad, quedan en segundo plano.
Algunos comunicadores locales interpretan esta demanda no como un ataque aislado, sino como un mensaje intimidatorio, el mensaje de Dio es el siguiente.
«No denuncien las irregularidades del ayuntamiento, o enfrentarás las consecuencias».
Es una estrategia para silenciar a la prensa independiente, esa que no se conforma con las «migajas» que el alcalde deja caer a los medios municipales, mientras destina millones a los del Distrito Nacional.
Los que alzan la voz contra una gestión opaca, que rehúsa rendir cuentas, reciben en cambio la amenaza implícita….
«Te llevo a los tribunales si osas cuestionar».
Este caso trasciende a Buitrago; es una amenaza a todos los comunicadores honestos e imparciales que defienden el derecho a la información.
Con esta querella se quiere establecer censura previa, “No escribas en contra del alcalde, te someterá a la justicia”
Mientras millones de pesos de los munícipes se otorgan a medios nacionales para que solo repitan como papagayos las bondades de una alcaldía que se maneja con oscuridad.
Reprimir las denuncias no fortalece la democracia ni la transparencia, sino que la erosiona.
Un alcalde debe ser tolerante, transparente y enfocado en el progreso, no en el ajuste de cuentas personales.
El alcalde Astacio tiene que priorizar su rol como servidor público y abandonar estas batallas estériles, el municipio no podrá avanzar con el lastre de venganzas que, al final, nos perjudican a todos.
