
La Restauración de la independencia en 1865 constituyó el paso definitivo para afinar la independencia dominicana, tras 22 años de ocupación haitiana y luego la anexión a España, impulsada por Pedro Santana.
Aunque la independencia fue proclamada el 27 de febrero de 1844, los independentistas estuvieron sumidos en luchas internas por el control del estado que provocaron posiciones inrreconciliables.
Uno de los detonantes fue la crisis económica en la cual estaba sumida el país fruto de malos manejos administrativos que provocaron inconformidades.
En esa coyuntura en 1861, el general Pedro Santana había arrebatado la presidencia a Buenaventura Báez, quien era señalado como responsable de la quiebra de la Tesorería de la Nación y actos de corrupción.
En esas circunstancias, Santana pidió a España que retomara y aunque en principio España no es estaba interesada, consideró que había una oportunidad para fortalecer su posición en Hispanoamérica, por lo que el 18 de marzo de 1861, se anunció la anexión, y Santana se convirtió en gobernador general de la recién creada jurisdicción.
Sin embargo, la anexión no contaba con apoyo popular y el 2 de mayo, el general José Contreras lideró una fallida rebelión, y Francisco del Rosario Sánchez encabezó una invasión desde Haití, cuyo gobierno, aunque oficialmente neutral, le preocupaba que España afianzase su poder en la zona. Fue capturado y ejecutado el 4 de julio de 1861. Luego Santana renunció a su cargo en enero de 1862 tras sostener diferencias con las autoridades españolas en Cuba que limitaron su poder y que destituyeron a sus amistades para colocar allegados en los cargos de poder.
Además iniciaron cobros a la población conocidos como “bagajes”, que requería que los ciudadanos entregaran cualquier animal de trabajo a los militares españoles sin ningún tipo de garantía de indemnización, lo que trajo problemas sobre todo en el en la región del Cibao donde los agricultores dependían de sus animales para su sustento. También la imposición del matrimonio.
Tras varias vueltas en las que participaron destacados militares dominicanos, unos de ellos Gregorio Luperón, se logró la restauración el 16 de agosto de 1865.